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Foto del escritorIglesia de Dios En Elizabeth NJ

Llamados Para Ser Santos

Lección 02 | 07 09 2022 |

 

“Sino, como aquel que os llamó es santo,

sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;”

1 Pedro 1:15


Lectura Bíblica: 1 Pedro 1:13-19

Propósito: Comprender qué; al haber sido llamados para ser parte del reino de nuestro Dios, implica que debemos poner todo nuestro esfuerzo para agradar a quien nos ha elegido, empleando a fondo nuestro entendimiento con templanza, confiando en la perfecta gracia que nos ha sido dada por nuestro Dios a través de nuestro Salvador.

Introducción: Iniciamos nuestra lectura bíblica con una palabra que nos indica determinación. Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esto es con moderación, sobriedad y continencia. La continencia es: la habilidad de poder moderar nuestros instintos naturales, como seres humanos tener control en nosotros mismos ya que al ser llamados y elegidos para ser participantes del reino de nuestro Señor Jesucristo. También se nos han dado una serie de requeri- mientos y condiciones de vida, mismos que solo los podremos llevar a cabo con entendimiento y templanza, y lo más impor- tante de todo esto es; la gracia de nuestro Dios que se nos ha sido dada, por medio de la cual podemos alcanzar obediencia. En su gracia nos transforma y cambia nuestros deseos que teníamos en nuestra ignorancia, nos conduce a ver más allá de lo material, transformando lo espiritual.

Hemos sido llamados y se nos ha propuesto vivir un estilo de vida muy diferente al estilo de vida que vive el mundo, una forma de vivir de acuerdo con la voluntad de aquel que nos llamó. Y pueda que nos preguntemos: ¿Como podemos lograrlo? y la respuestas es fácil: practicando la santidad. Esto quiere decir apartados de todas las costumbre y modelos que nos ofrece el mundo, porque para ellos es normal hacerlo de esa forma, ya que primero; no han sido llamados y por lo tanto no tienen en sus mentes y corazón el conocimiento de aquel que quiere que vivamos de manera diferente. “Pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los llamó es santo(versión palabra viviente). Por Él nos ha elegido como dice en Éxodo 19:5, “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.” Por esta razón el apóstol Pablo nos aconseja de esta forma en 1ra. Tesalonicenses 5:5, “Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.”

Algo muy interesante en estos versos que estamos estudiando es que Dios no hace acepción de personas en ningún momento, tanto para llamarlos como para determinar sus juicio, nos ha llamado de todo el mundo sin distinción de raza ni color, no hay favoritismo. En él, todos somos sus criaturas y nos trata en una forma imparcial, para juzgar lo hace de acuerdo con la obra de cada uno. Pedro nos recomienda que vivamos y andemos con temor reverente ante Dios todos los días de nuestra pere- grinación (vida). Ya que eso, es lo que somos peregrinos, solo estamos aquí por un poco de tiempo y luego regresaremos a la tierra, pues polvo somos. También debemos recordar de que estábamos viviendo sin Dios ni esperanzas en este mundo, y que fuimos rescatados de nuestra vana manera de vivir, pagando Dios el Padre un alto costo por ello. Ofreció a su Único Hijo, permitiendo que su sangre fuese derramada en la cruz, como de un cordero sin mancha ni contaminación.

Por eso; Pablo nos insta a que consagremos nuestras vidas al servicio de nuestro Dios, en Romanos 12:1-2, “Así que, hermanos, ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto. Y no os conforméis a este siglo; más reformados por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Nos preguntamos: ¿Entonces teniendo esas promesas? de que la gracia de Dios se nos será presentada cuando Cristo se manifieste en su segunda venida, procuremos vivir esta vida de la manera que se nos ha propuesto. Pablo el apóstol de los gentiles nos alienta con estas maravillosas palabras en: 2da de Corintios 7:1, “Así que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, per- feccionando la santificación en temor de Dios.” ¿Tenemos tales promesas? ¿Cuáles? Primero hemos sido llamado. Segundo, se nos ha concedido la gracia y la misericordia de Dios, pidiéndonos que nos limpiemos de toda suciedad, sea material y espiritual. Que significa esto: Que todo nuestro ser debe estar limpio, entiéndase cuerpo y espíritu, una limpieza que involucra todo nuestro ser, nuestra mente y corazón, todo debe gozar de absoluta limpieza, para ser aceptados ante la presencia de Dios, quien nos llamó en Cristo Jesús.

Como llamados, debemos recordar que estábamos en una condición de pecado y que no teníamos conocimiento de Dios en nuestras vidas, luego que el Dios nos alcanza en su gracia y nos limpia de nuestra culpa mediante la sangre de su Hijo, como de un cordero sin mancha ni contaminación. Esto quiere decir que fuimos rescatados redimidos de una manera de vivir que no estaba de acuerdo con su voluntad. Lo que quiere decir que fuimos comprados por un precio especial, esto es; no con oro o plata, u otro metal precioso, que por caro que sea siempre es corruptible, si no que: “con la sangre de Jesús el hijo de Dios.” Pablo dice con relación a esto en 1ra. Corintios 6:20. “Porque comprados sois por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

¿Entonces que nos queda a nosotros? prácticamente nada, nuestro cuerpo y espíritu no son nuestro, son de Dios. Y se nos ha sido dado con el propósito de: glorificar al que nos los dio (Dios). Hermanos y hermanas, es maravilloso saber que Dios nos ha llamado por su gracia y el puro afecto de su voluntad. Resta que cada uno de nosotros responda a Dios el Padre de una manera obediente, siendo fieles y sirviéndole de corazón, con temblor y temor. Procuremos a toda costa; ser santos, porque Santo es Dios quien nos llamó en Cristo Jesús. Amen (que así sea en nuestras vidas).


Conclusión: Dios en su infinita gracia y por su misericordia, nos ha llamado para que seamos parte de su pueblo, no porque en nosotros encuentre algo digno, sino por el puro afecto de su voluntad. Cumpliendo su promesa que hizo a Abraham cuando le dijo: “Que en su simiente serian bendecidas todas las familias de la tierra”, esa simiente es: Cristo. Quien con su sangre nos ha comprado y nos ha hecho coherederos de su reino. Hoy que comprendemos este misterio y hemos sido alcanzados por su gracia esforcémonos para que con este cuerpo y espíritu que Dios nos ha dado, podamos glorificarlo, exaltémosle, y demos honra y gloria a su buen nombre. Paz a vosotros.



 

Hermanos aqui les adjuntamos en documento PDF. la escuela que estamos estudiando este tercer trimestre del año 2022. Pueden descargarlo, y compartirlo con los hermanos que lo necesiten.


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