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La Iglesia Primitiva y Nosotros

Lección 01


“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” - Hechos 2:42


Lectura Bíblica: Hechos 2:42-47


Propósito: El propósito de esta lección es aprender de las prácticas y valores de la iglesia primitiva para aplicarlos en nuestra congregación hoy en día, fortaleciendo nuestra fe, unidad y testimonio ante el mundo.



 


Introducción


La iglesia primitiva narrada en el libro de los Hechos es un testimonio histórico de los primeros cristianos. Este relato se convierte en un modelo de fe, devoción y comunidad. Al estudiar cómo vivieron y aplicaron los principios que enseña la Palabra de Dios, encontramos una guía que podemos aplicar hoy en nuestras vidas y en las congregaciones donde estamos trabajando.


Los primeros cristianos se dedicaban con devoción a las enseñanzas de los apóstoles. En Hechos 2:42 leemos: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles...”. Este compromiso no solo incluía escuchar, sino vivir conforme a las enseñanzas de Jesús, transmitidas por los apóstoles. En Hechos 5:29, Pedro y los demás apóstoles afirmaron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”, mostrando su firmeza en la verdad de Dios. La comunión fraternal era fundamental. Hechos 2:44-46 nos dice que los creyentes “tenían en común todas las cosas” y compartían sus bienes “según la necesidad de cada uno”. Esta unidad y generosidad se extendían más allá de los cultos normales, reflejando una iglesia donde el amor y el apoyo mutuo eran palpables. En Hechos 12:12, vemos cómo se reunían en los hogares para orar juntos, fortaleciendo así su fe y comunión.


La oración constante era una característica vital de la iglesia primitiva. En Hechos 4:24-31, tras ser amenazados, los creyentes oraron unánimes y fueron llenos del Espíritu Santo, hablando con valentía la palabra de Dios. La generosidad y el cuidado entre unos y otros se manifiestan claramente en Hechos 2:44-45, donde los hermanos vendían sus propiedades y compartían con los necesitados. Esta práctica aseguraba que “no había entre ellos ningún necesitado” (Hechos 4:34). En Hechos 6:1-7, la elección de diáconos para atender a las viudas muestra cómo la iglesia abordaba las necesidades prácticas con sabiduría y organización.


La iglesia primitiva enfrentó muchos conflictos que supieron solucionar con la sabiduría de Dios y con firmeza. El juicio de Ananías y Safira por mentir al Espíritu Santo (Hechos 5:1-11) y la resolución del conflicto sobre la distribución diaria a las viudas (Hechos 6:1-7) son ejemplos de cómo manejaban la disciplina y los problemas internos. Dios guiaba a la iglesia por medio de Su Espíritu Santo. En Hechos 13:1-3 vemos cómo guía a la iglesia en Antioquía para enviar a Pablo y Bernabé en misión. Pablo también experimentó la guía del Espíritu en su viaje a Macedonia (Hechos 16:6-10), mostrando cómo la obediencia al Espíritu Santo dirigía sus misiones.


El establecimiento de liderazgo y orden era crucial. Pablo y Bernabé nombraron ancianos en cada iglesia (Hechos 14:23), y los apóstoles delegaron responsabilidades a los diáconos para enfocarse en la oración y el ministerio de la palabra (Hechos 6:2-4). La expansión misionera era central. La iglesia enviaba misioneros para plantar nuevas congregaciones, siguiendo el mandato de Jesús de predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15). Pablo, por ejemplo, plantó la iglesia en Corinto durante su segundo viaje misionero (Hechos 18:1-4).


El sufrimiento y la persecución eran comunes, pero los creyentes perseveraban con gozo. Los apóstoles se regocijaban por ser dignos de sufrir por el nombre de Jesús (Hechos 5:41), y Esteban mostró una fe inquebrantable hasta su muerte (Hechos 7:59-60). La defensa del evangelio era una práctica constante. Tanto Pedro como Pablo defendieron su fe ante diversas audiencias, explicando y dando testimonio de su fe (Hechos 22:1-21, Hechos 26:1-29). Su disposición a dar razón de su esperanza en Cristo es un ejemplo para nosotros hoy.


Debemos aprender a aplicar estos principios a nuestra vida personal y en las iglesias donde Dios nos tenga trabajando. Los retos y dificultades que enfrentaron en el pasado son similares a los nuestros hoy. Esto significa dedicarnos al estudio y aplicación de la Palabra de Dios, fomentar y practicar la comunión fraternal, priorizar la oración, ser generosos, dar honra y gloria a Dios constantemente, manejar los conflictos con sabiduría, buscar la dirección del Espíritu Santo, establecer un liderazgo claro, participar en misiones, perseverar en medio de la persecución y estar preparados para defender nuestra fe. Al hacerlo, reflejaremos el amor y el poder de Dios en nuestras vidas y en nuestras iglesias, tal como lo hizo la iglesia primitiva.



Preguntas para Estudio y Enseñanza

Nota: Por favor busque citas bíblicas para reforzar su comentario


1. ¿Qué significa ser fiel a la enseñanza apostólica en el contexto actual de la iglesia, y cómo podemos asegurarnos de que nuestra congregación siga estas enseñanzas?

2. ¿De qué manera podemos fomentar una comunión fraternal similar a la de la iglesia primitiva en nuestras iglesias hoy? Da ejemplos concretos de actividades o iniciativas que podríamos implementar.

3. La oración era fundamental para la iglesia primitiva. ¿Qué pasos podemos tomar para fortalecer la vida de oración en nuestra iglesia, tanto a nivel individual como colectivo?

4. La generosidad y el compartir bienes eran prácticas comunes en la iglesia primitiva. ¿Cómo podemos cultivar la generosidad en nuestra iglesia y asegurar que las necesidades de los miembros y de los necesitados sean satisfechas?

5. A nivel personal, reflexiona sobre cómo puedes aplicar los principios de la iglesia primitiva en tu vida diaria. ¿Qué cambios específicos podrías hacer en tu devoción a la enseñanza bíblica, tu vida de oración, tu participación en la iglesia y tu generosidad?


Conclusión

En oración y ayuno pidamos a Dios el Padre que nos ayude a ser aquellos hijos que Él desea que seamos. Seamos hombres y mujeres de valor que no temen compartir las buenas noticias, y estemos en constante estudio de la Palabra, para que sepamos responder con humildad a aquellos que demanden de nosotros una explicación de nuestros valores y prácticas. Paz a vosotros.

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