Lección 01
“Sino que cada uno es tentado, cuando es llevado
y seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.” Santiago 1:14-15
Lectura Bíblica: Malaquías 2:14-15; Proverbios 2:16-17
Propósito: Descubrir, tomar conciencia y acción, sobre algunos factores emocionales y conductuales que pueden influir y con- ducir a cometer infidelidad.
Introducción: Hablar sobre causas, es indagar profundamente sobre las razones que motivan un hecho, de modo que nos ayude a:
1. Tener una perspectiva más objetiva sobre el caso.
2. Ser precavidos para con nosotros mismos y para con los demás. 3. Buscar la ayuda apropiada para superar la(s) causa(s) identi- ficada(s) y de esta manera evitar auto justificarse.
La palabra "infidelidad" viene del latín “infidelitas” y significa "traición". Es actuar de modo desleal, faltando al convenio pactado, ocasionando ruptura del vínculo de amor y confianza que le une a sus semejantes, especialmente con el cónyuge. Al contraer matrimonio, se adquieren compromisos que trascienden lo legal y material, tales como la lealtad, la reci- procidad, la confianza, la cooperación, el cuido y la protección mutua, entre otros (1ra. Corintos 7:3). No obstante, en algunos matrimonios se experimentan faltas a estos compromisos, y en consecuencia, muchos de ellos desembocan en infidelidades. Tanto hombres como mujeres están expuestos a caer en esta situación, identificada por el Señor Jesús como: Adulterio.
¿Qué motiva a una persona a ser infiel?
De modo general, podemos indicar factores culturales, de personalidad y carácter, modelos de crianza familiar, nivel de madurez emocional, tendencias promovidas en los medios de comunicación, enfermedades, migración, y no menos impor- tante, la falta de temor y comunión con Dios. De manera especí- fica, expertos en consejería familiar señalan que los factores más comunes son:
1. Modelos de crianza. Un legado de infidelidades experimentado en el hogar puede desencadenar personas que actúan como infieles crónicos, por tanto, no pueden controlar sus impulsos y naturalizan la conducta. Esto también se vincula con el machismo, la falta de educación sexual o haber sufrido abuso sexual. Considere Proverbios 5:22.
2. Falta de intimidad emocional, generando con ello vacíos emocionales e insatisfacciones. Intimidad emocional significa la construcción de un vínculo afectivo profundo, en donde ambos cónyuges se sienten cómodos, y no se sienten rechazados o despreciados. Muchas veces existe incapacidad para escuchar al cónyuge y ante ciertos planteamientos que no son de nuestro agrado, se muestra una actitud de enojo, reproche o poca importancia, minimizando lo que el otro tenga que decir, generando que la contraparte se sienta poco valorado. Cuando una pareja carece de intimidad emocional, existe miedo de com- partir con el cónyuge sentimientos, deseos, temores, anhelos, gustos y disgustos, etc. (1ra. Juan 4:18).
3. Sobreestimar el amor. Creer que el AMOR es el antídoto natural suficiente para mantener el vínculo conyugal, y bajo esta premisa consideramos ser autoinmunes a la tentación o se descuidan aspectos importantes con la pareja. “Abre bien los ojos antes de casarte y mantenlos entreabiertos después de que te cases” escribió en cierta ocasión un predicador y escritor británico Thomas Fuller. Considere también 1 Corintios 10:12.
4. Orgullo y vanidad. Personas que trabajan con gente por ejemplo maestros, psicólogos, médicos, pastores, entre otras profesiones u oficios semejantes, suelen ser atractivas para las personas con las que interactúan, porque cumplen un rol: atender una necesidad. La gente se siente atraída por lo que representan, y no por quienes son verdaderamente. Si la persona que es sujeta de admiración o atenciones especiales, no está consciente de esta realidad, terminara creyéndose el cuento de que es especial e importante para la persona que le brinda atenciones y detalles. El orgullo y la vanidad no permite que apreciemos nuestras debilidades y necesidades, por lo que, fácil- mente se puede caer en una infidelidad.
5. Entre otras causas están la Monotonía, inestabilidad emocional, deseo de venganza, inseguridad personal o baja auto- estima, narcisismo, búsqueda de la pareja perfecta, deseo de terminar la relación buscando otras alternativas, abordaje de los problemas conyugales con amigos o amigas confidentes, ante- poner a la familia de origen sobre la nueva familia que se ha formado, falta de honestidad en todos los aspectos de la vida matrimonial (emociones, sentimientos, secretos del pasado, amigos(as), dinero), síndrome del nido vacío, adicción a la porno- grafía, entre otras. Recapitulando, la infidelidad no es de la noche a la mañana, es un proceso que se gesta en la mente y corazón del ser humano. No obstante, todos los que hemos optado por vivir una vida conforme al camino del Señor, se nos invita a “Renovar nuestra mente” y “Vivir en santidad”. (Efesios 4:20-25 y 1ra. Pedro 3:10-12).
¿Cómo podemos lograrlo?
A. Optando por vivir bajo la premisa de la FIDELIDAD,
lo que significa “firmeza y constancia en los afectos, ideas y obligaciones, y en el cumplimiento de los compromisos esta- blecidos”. En la escritura, tenemos ejemplos de personajes que optaron por este modo de vida. Uno de ellos es Job, quien en cierta oportunidad expreso “Hice un pacto con mis ojos, ¿cómo podía entonces mirar a una virgen?” Job 31:1. Asimismo en Salmo 119:30 está escrito: “He optado por el camino de la fide- lidad...”. Ambos pasajes denotan una decisión personal, la adhesión a un firme compromiso de vivir de un modo diferente, cultivar el dominio propio, a fin de hallar gracia ante los ojos del Señor.
B. Encomendarnos en las manos del Señor y permanecer en El, pidiendo de su ayuda, pues sin El nada podemos hacer(Salmo 51:10-12).
C. Aceptándonos con los defectos y cualidades que poseemos, teniendo siempre presente que la fidelidad nos per- mitirá terminar nuestra carrera como cristianos siendo fieles a Dios primeramente, como tambien a nuestro conyugue.
Preguntas para estudio y enseñanza:
Nota: Favor de agregar versos bíblicos a su comentario.
1. Medite sobre lo escrito en Romanos 13:10, y brinde respuesta a lo siguiente: ¿Cree usted que la infidelidad es síntoma de falta de amor propio?
2. ¿Es justo culpar al cónyuge, por la infidelidad cometida?
3. ¿ Creen ustedes que la monotonía es la causante de la infide-
lidad matrimonial?
4. ¿Es el modelo de crianza un legado de infidelidad?
5. ¿Qué motiva a una persona a ser infiel con su conyugue?
Conclusión: Los cónyuges que integran un matrimonio necesi- tan estabilidad, certeza, confianza, ayuda mutua, comunicación, de modo que facilite el logro de los objetivos que se tengan en común, manteniendo asi el vínculo de amor que los unió. La Fidelidad de ambos cónyuges, debe ser una de las premisas bási- cas para el éxito del matrimonio. Teniendo siempre a Dios en nuestras vidas. Paz a vosotras.
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